Se feliz, a pesar de todo, vivimos en un mundo mejor!

Por Rafael Velazquez

Licenciado en Ciencia Política y Relaciones Internacionales

Presidente de la Fundación Pro Humanae Vitae

Tenemos a la puerta un cuasi conflicto armado de escala nuclear entre EEUU y Corea del Norte, donde Rusia y China miran atentamente, miles de soldados se movilizan en el marco de la OTAN, Crimea se rearma, el terrorismo se impregna mas y mas en occidente, el narcotráfico se transforma en multinacionales con operaciones globales, el drama de los refugiados no cesa, el capitalismo muestra su faceta mas afilada en la economía mundial, seguimos teniendo pandemias en los países africanos, y nuestros propios dramas vernáculos entre otros males dignos del apocalipsis. Podríamos seguir mencionando hechos que nos desalientan como seres humanos y muestran nuestros fracasos como sociedad global y ponen en duda la “evolución”.

Pero a pesar de todo eso y más, estamos en un mundo mejor que el de nuestros abuelos, sin duda, veamos algunos ejemplos de ello para comprender que no todo está mal en el mundo, que no en todo fracasamos como personas de bien, que con mucho esfuerzo estamos haciendo el intento de dejar un mundo mejor del que recibimos, responsabilidad básica de cualquier scout consciente de su  pertenencia al movimiento que nuclea a millones de jóvenes en todo el orbe, por mencionar un ejemplo de acción masiva solidaria, basada en valores.

66 millones de muertos dejo la segunda guerra mundial (1939-1945), 6 millones fueron los judíos asesinados por el régimen mefistofélico del nazismo,  la Guerra Civil Rusa dejo entre 1918 y 1920, 9 millones de muertos, el Genocidio de Ruanda en 1994, 900.000 víctimas, las Hambrunas de la India Británica entre el siglo XVIII y el XX, 27 millones de muertos, si nos vamos al pasado lejano, las guerras de Alejandro Magno entre el 336 y 325 aC, dejaron 500.000 muertos en el camino de conquista, si nos acercamos a nuestra región y a nuestro tiempo, la Guerra de la Triple Alianza (1864-1870) 480.000 hermanos muertos, y podríamos seguir mencionando y enumerando la capacidad de destrucción y muerte del ser humano, a lo largo del tiempo y del planeta, calculada en más 456.000.000 entre el 500 aC y el 2010; cifras que avergüenzan hasta el mismísimo Leviatán.

Claro que hoy en día seguimos teniendo graves problemas, pero estamos mejor, hemos evolucionado, lento pero lo hicimos, no mencionar esto es ser funcional a los apóstoles de la derrota, a las trampas del sistema que nos dicen que no podemos cambiar el mundo, que no podemos ser mejores, y peor aún, no le damos esperanza a los más jóvenes para atreverse a ser distintos, locos, idealistas, innovadores, nerds, freaks, ser los que si cambien el mundo. Ciertamente las revoluciones ya no serán las mismas, ni en un mayo francés, mucho menos en un octubre ruso, ni serán de terciopelo, tampoco en primavera y parece que cada vez menos socialistas, con regímenes autoproclamados.

Entre la denuncia y el anuncio hay un trecho bastante extenso, donde muchos se pierden y no quieren o simplemente no pueden avanzar, por eso es responsabilidad para los que si pueden en cada lugar donde estén y en cada rol social de a cuerdo a su responsabilidad, cambiar la percepción negativa por la optimista, basados en números reales estamos mejor, hace 100 años el promedio de vida era de 50/65 años y hoy la media actual es de más de 71 años, el tema es que hacemos con esos años, como hacemos que valgan la pena, la tasa de mortalidad infantil bajo entre 1990 y 2015 en niños menores a 5 años, de 80 a menos de 50 cada mil, la incidencia del HIV, paludismo y tuberculosis disminuyo entre el 2000 y el 2015 como nunca antes.  

En el caso del medioambiente, consumimos del planeta en cien años lo que en otro tiempo se consumió en un milenio; ciertamente el mundo decimonónico nos dejo mal parados en la historia, pero también hoy están los ODS ONU, por ejemplo como iniciativa global que nos llama juntos a buscar las soluciones para nuestros problemas.

Hoy los problemas que tenemos no son tan nuevos, tenemos miedo como sociedad, tenemos inseguridad global, crisis financieras cíclicas que arrastran generaciones enteras a la ruina, mas de 200 millones de niñas y mujeres han sido mutiladas genitalmente,   tenemos 124 millones de niños y adolescentes que no acceden a la escuela, 790 millones de personas que todos los días padecen hambre, eso duele, pero debemos saber que estamos mejor, que la lucha por los derechos humanos valió la pena, que la lucha por el cuidado del medio ambiente está dando sus primeros resultados, que la gran pelea por la equidad en el desarrollo de los pueblos recién comienza pero que se va a pelear, en el marco de la gobernanza global y los organismos multilaterales, pero también en las calles con las personas de a pie, en paz, con sus conciencias y sus celulares.

Los problemas son los mismos, cambio la tecnología, cambio la escala y el poder destructivo en muchos casos, y se acelero como estos aberrantes hechos se difunden a la velocidad de la luz por las redes y los medios masivos de comunicación, atrás quedaron las primeras imágenes de la CNN transmitiendo la primer guerra en directo desde Irak, pero las causas son las mismas, ambiciones desmedidas, dictadores enamorados de ellos mismos, energía, territorio, dioses y maldad.

Pero… seguimos acá, seguimos en el mundo, año tras año, caminando juntos hacia un futuro que será mejor que nuestro pasado, con un presente plagado de trampas, pero seguimos teniendo conciencia, seguimos teniendo bondad y seguimos teniendo amor, palabras que a veces intimidan más que las bombas, pero son superiores a estas.

Festejemos el nuevo 2018, como un año más que nos da la oportunidad de ser mejores, de ayudar a los otros y de demostrarnos que somos más que unas malas paginas en un libro de historia.

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