La Política exterior de cara a las elecciones (9 de octubre 2019)
Aunque la realidad de Argentina hace que las cuestiones sociales, económicas y de seguridad se posicionen en el centro del escenario electoral, será necesario considerar los efectos que se deriven de la política exterior nacional que el ganador de la contienda implemente.
Lejos de dar por ganador a uno u otro candidato, una verdad es suprema: la política exterior se constituye como una herramienta del poder político y, como tal, es un reflejo de éste.
En los últimos cuatro años, el gobierno del actual Presidente Mauricio Macri, insistió en la exitosa inserción del país en el mundo a través la participación en eventos internacionales y la organización de algunos de éstos en suelo argentino. En cuanto a relacionamiento externo, aunque el país adoptó una postura de paz, amistad y cooperación con el resto de las naciones, el acercamiento a un actor en particular se tornó controversial. El gobierno del PRO decidió recurrir al Fondo Monetario Internacional para tomar deuda y así financiar sus proyectos de infraestructura y obras públicas y pagar la deuda externa acumulada.
El Frente de Todos, partido que representa Alberto Fernández, observa esta relación como dañina para el conjunto de la sociedad, en tanto el país vivenció un acelerado endeudamiento externo. Ante dicho contexto, el candidato propone una política exterior basada en el desarrollo sustentable, es decir, combinando la democracia, con el desarrollo y los derechos humanos. Asimismo, el ex Jefe de Gabinete, sostiene que su política exterior debe “recuperar una voz propia y soberana”.
A pesar que estos dos candidatos coinciden en las temáticas que resultan prioritarias para el futuro de la Argentina, su región y el mundo, diferencias claves pueden hallarse entre ellos.
Así, por ejemplo, Macri durante su gestión avanzó en conjunto con los organismos regionales del Grupo Lima, el Mercado Común del Sur y la Organización de Estados Americanos, en pos de la sanción y suspensión de Venezuela como consecuencia de la realidad que asola a la sociedad bolivariana. Fernández, prefiere seguir la regla que los asuntos internos de los Estados no deben sufrir injerencias de terceros, y por ello, se anima a manifestar su intención de retirar al país del primero de estos espacios.
Por lo tanto, la incertidumbre respecto del futuro de Argentina no sólo afecta el panorama local si no también el internacional. Y, en este sentido, no sólo a los empresarios y actores del sector financiero que ven alzas y caídas constantes en los valores, pero también a los ejecutivos nacionales del resto de los países. ¿Qué sucederá con el Mercosur? ¿Con la relación con Estados Unidos y China? ¿Con el Fondo Monetario Internacional? ¿Qué pasará con el pueblo argentino? ¿Cómo cambiarán sus vidas? Las respuestas a estos interrogantes sólo podrán saberse cuando el gobierno que asuma adopte medidas concretas en cada una de las áreas. Hasta ese momento, sólo queda hacer conjeturas y suposiciones que afectan al presente nacional.