La convivencia en el respeto de los disensos: la bandera política izada por Alberto Fernández
Alberto Fernández, Presidente electo en las últimas elecciones de octubre, asumió su cargo tras recibir, de Mauricio Macri, la banda presidencial y el bastón de mando. Su discurso, mezcla de compromisos y herencias recibidas, describió las prioridades de la gestión entrante.
Haciendo alusión a clásicos de la teoría política, Fernández sostuvo que es necesario construir un nuevo contrato de ciudadanía social que sea fraterno y solidario. También indicó que para lograr una unidad nacional es necesario garantizar una convivencia pacífica, que sólo se logrará de la confrontación de verdades relativas de las cuales se alcanzará una verdad superadora.
Las decisiones que más peso tendrán en su gobierno estarán relacionadas con la situación económica y social. Por ello, el nuevo Jefe de Estado se comprometió a lanzar el Plan Integral Argentina Contra el Hambre coordinado conjuntamente por su gabinete y referentes de la sociedad civil. Agregó que se implementará un sistema masivo de créditos no bancarios que brinde préstamos a tasas bajas para asistir a las economías familiares y que diseñará una política que genere empleo formal con todos los beneficios de la seguridad social.
Hizo hincapié, además, en la necesidad de unir las voluntades y fuerzas políticas, especialmente al feminismo, a la juventud y al ambientalismo. En este sentido, la Argentina que planea construir es una inclusiva donde haya incentivos para producir y no para especular. Por ello, identifica como punto de partida los Acuerdos Básicos de Solidaridad en la Emergencia y un Proyecto Nacional de Desarrollo que incremente el valor agregado de las materias primas para la satisfacción del mercado interno y externo.