COP27 y el clima de represión en Egipto

A pesar de las visitas de autoridades internacionales, el régimen de Abdelfatah El-Sisi no cede su represión.

En medio de la COP27, Egipto sigue impidiendo el ingreso de activistas por los derechos humanos al país y se enfrenta al pedido de liberación de Alaa Abdel Fattah, un preso político que realizó una huelga de hambre durante siete meses.  

La Cumbre del Clima que se llevará a cabo hasta el 18 de noviembre en Sharm el-Sheij, Egipto, se está viendo opacada por los reclamos masivos de liberación de diferentes activistas encarcelados injustamente y la detención de los manifestantes que alzan la voz. Según comunicó Amnistía Internacional, ya son más de 150 los protestantes detenidos.

El caso más resonante es el de Alaa Abdel Fattah, un activista de doble nacionalidad, egipcia y británica, que finalizó el martes 15 de noviembre su huelga de hambre según una carta que le envió a su familia. Durante la huelga, que comenzó en abril de este año, solo consumió 100 calorías al día y la endureció con el inicio de la COP27, el 6 de noviembre, al dejar de consumir agua. El objetivo del activista es lograr su liberación y la de los demás presos políticos. Se estima que Egipto encarceló alrededor de 60.000 activistas por oponerse al régimen de Abdelfatah El-Sisi.

La hermana de Abdel Fattah publicó en su Twitter la carta que le envió el activista: “Recibimos esta carta. Alaa rompió su huelga de hambre. No se que está sucediendo adentro de la prisión, pero tenemos cita para visitarlo el jueves y él nos pide que llevemos una torta para celebrar su cumpleaños”.

El activista fue encarcelado varias veces durante la última década por haberse enfrentado a los regímenes que gobiernan en el país y se destacó durante las manifestaciones de la Primavera Árabe, entre el 2010 y 2013, donde reclamaba por gobiernos democráticos y derechos humanos. Su última encarcelación fue en septiembre del 2019 bajo la acusación de difundir noticias falsas a través de un posteo de Facebook, al cual Amnistía Internacional y otras ONG clasificaron de injusta. Desde entonces, Alaa Abdel Fattah quedó incomunicado y su familia exige constantemente por información acerca de su estado de salud.

Sanaa Seif, hermana del activista, habló durante la cumbre de la ONU y expresó que intentó comunicarse con las autoridades británicas para que consigan información, pero no obtuvo respuesta. Incluso, durante la cumbre, el canciller alemán Olaf Scholz también se sumó al pedido de liberación.

Si bien la COP27 podría haberles funcionado para desvirtuar la atención de las agresiones gubernamentales, distintas ONG mundiales por los derechos humanos repudian el accionar de su gobierno y abogan por la liberación de los activistas. Egipto es uno de los países con más violaciones de los derechos humanos y su régimen intenta reprimir incluso a aquellos que se manifiestan pacíficamente.

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