Noma: la enfermedad desatendida

A principios de año Nigeria elevó ante la Organización Mundial de la Salud un informe en el que se especifícan los motivos por los cuales la enfermedad conocida como noma debe integrar una lista de afecciones urgentemente a tratar. Se estima que noma se cobra alrededor de 150.000 víctimas cada año.

“Noma” es la forma latina del término griego “voµn”, que se traduce en “devorar” (nomein), expresión se utilizaba para describir aquello que se expande con rapidez.  Noma es una enfermedad bucal bacteriana infecciosa no contagiosa que se asocia con la desnutrición y la pobreza, afecta los tejidos duros y blandos de la boca y la cara. Comienza con una inflamación de las encías, para luego destruir los huesos de la mandíbula y los tejidos de manera extremadamente rápida. Los labios, las mejillas, y la nariz no escapan a su voracidad. Noma azota principalmenta a África y pequeños focos en Asia.

Aquellos que no accedan desde temprana edad a la salud pública y a condiciones básicas de subsistencia serán alcanzados por noma. Los niños y niñas son las principales víctimas. Los que padezcan desnutrición, nula higiene bucal y que previamente hayan atravesado otras enfermedades como el sarampión  o la malaria son firmes candidatos a contraerla. Esto demuestra, hasta cierto punto, que la enfermedad es prevenible, pero para poder abordarla a tiempo es menester un conocimiento de la misma y de como tratarla. Para un tratamiento efectivo, es indispensable detectarla en las primeras semanas, cuando aparecen los síntomas de infección bucal. La gengivitis ulcerativa necronizante, es la lesión precursora de noma. Sin tratamiento, noma es mortífero en muy poco tiempo.

Hablar de las causas que provocan el mal resulta algo complejo, porque la aparición de noma se debe a múltiples factores. La pobreza, la desnutrición, la falta de higiene oral, la proximidad residencial a ambientes insalubres, la convivencia con animales, y las enfermedades infecciosas son los principales factores. La gran mayoría de los enfermos se encuentra en zonas poco pobladas, alejadas de centros de salud y llevan una vida nómade. Cerca del 90% de los enfermos de noma mueren en las primeras dos semanas si no reciben antibióticos a tiempo. Por eso es que para las instituciones sanitarias involucradas la prevención es una tema central, junto con hacer visible la severidad de la enfermedad que se cobra cerca de 150.000 nuevas víctimas  cada año.

Según un trabajo de investigación elaborado por la Facultad de Farmacia de la Universidad de Salamanca (2015), la falta de proteínas a la dieta y los déficit vitamínicos y de micronutrientes como el zinc y el ácido ascórbico provoca la deterioro del sistema inmune. Los alimentos a los que las personas en extrema pobreza tienen alcance no sólo son de baja calidad, sino que además se elaboran en condiciones antihigiénicas. La lactancia muchas veces es interrumpida por el comienzo de una dieta sólida de manera abrupta.

Noma deja secuelas a sus víctimas que afectan tanto a nivel estético como interpersonal, dificultando las relaciones sociales. El estigma y la discriminación son el precio a pagar por sobrevivir a la enfermedad. Los sobrevivientes se someten a reconstrucciones faciales para comenzar una nueva vida, que tendrá que lidiar con la mirada del resto de la sociedad que suele asociar la enfermedad con un designio del diablo. En este sentido, las creencias religiosas y místicas refuerzan la marginalidad que padecen aquellos que atravesaron el tormento desde la infancia.

Equipos de cirujanos plásticos y maxilofaciales, anestesiólogos y distintos tipos de especialistas llegan desde distintos países para colaborar con las cirugías reconstructivas. La enfermedad demora pocos días en desfigurar la cara y en inhabilitar al paciente a poder alimentarse, respirar, ver, hablar, y sonreír.

Noma, pasado y presente

 Noma no es una novedad, hace más de dos siglos supo someter la salud de las personas en otras partes del mundo. Antes de finalizar el siglo XIX, y como producto de las mejores condiciones de vida otorgadas por un capitalismo que creció hasta congeniarse con el surgimiento del Estado de Bienestar, la enfermedad fue desapareciendo del radar del mundo desarrollado.

Por el desastre que dejó la Primera Guerra Mundial, la investigación científica y médica se dedicó al tratamiento de distintas infecciones y epidemias. Fue así que las terapias antimicrobianas fueron dando mejores resultados hasta hacer desaparecer ciertas afecciones. En algunos campos de concentración de la Segunda Guerra Mundial, entre los que se incluye quizás el más popular, Auschwitz, se encontraron enfermos por noma. Para fines del siglo XX, la atención dedicada a la enfermedad fue notoriamente decreciente.

Hasta que en febrero de este año, gracias a la colaboración de Médicos Sin Fronteras y otras ONG, Nigeria pudo elevar a la Organización Mundial de la Salud un informe en el cual se solicita que la enfermedad conocida como noma sea tratada como Enfermedad Tropical Desatentida (a partir de ahora ETD). El informe presenta todos los criterios necesarios para que noma deje de ser invisible a nivel mundial.

La dificultad para extraer datos empíricos que sirvan para saber como paliar la enfermedad en África se debe a cuestiones como: registros sanitarios precarios; diagnósticos errados o tardíos; rápida evolución de la enfermedad que no da tregua (a gente muere sin siquiera saber de qué murió); costumbres nómadas que hacen imposible ‘territorializar’ los impactos; y la soledad que muchos enfrentan debido a la marginalidad, muchas veces proveniente del propio seno familiar.

Pero, ¿Qué es una Enfermedad Tropical Desatendida? Según indica Médicos Sin Fronteras, el Grupo Asesor Estratégico y Técnico de la OMS define una ETD como aquellas que:

-Afectan a las poblaciones sumergidas en la pobreza y precariedad, y que son capaces de causar una importante morbilidad y mortalidad.

-Afectan principalmente a las poblaciones que viven en áreas tropicales y subtropicales, en el caso de África, golpea a los habitantes subsaharianos de Níger, Nigeria, Burkina Faso y Senegal, entre otros. Este “cinturón del noma” se caracteriza por ser árido y caluroso, lo que contribuye a generar hambrunas.

-Son inmediatamente susceptibles de un control amplio, en el cual se debe aplicar las estrategias de salud pública adoptados por el departamento dedicado al monitoreo de las ETD.

-Son desatendidas por los estudios de investigación.

Como afirman desde Médicos Sin Fronteras, la inclusión de noma a la lista de la OMS tiene estrecha relación con la resolución sobre salud bucodental adoptada en 2021 en la 74° Asamblea Mundial de la Salud. La decisión final que deberá tomar la OMS sobre si incluye o no a noma dentro de las ETD se resolverá en las próximas reuniones que la organización tendrá antes de finalizar el año 2023.

Poner a Noma en dicha lista significa tener que activar determinados dispositivos para atenderla bajo una supervisión dedicada a la prevención y su correcta atención, poniendo también a disposición todos los recursos necesarios, ya se del estado competente, o de las instituciones sanitarias. La importancia de su visibilidad repercute favorablemente en los derechos humanos elementales, como el acceso a la alimentación y a la salud, protegidos por el derecho internacional humanitario.

Fuentes consultadas:

https://www.msf.org.ar/actualidad/noma-cada-vez-mas-cerca-ser-reconocida-enfermedad-tropical-desatendida

https://pesquisa.bvsalud.org/portal/resource/pt/ibc-161168

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