44 banderas y un castillo en Praga
“¡Chequia primero!” sonó al unísono tanto para recibir como para despedir el mes de septiembre en Praga. Protestas masivas se desencadenaron en la capital de República Checa contra el accionar del gobierno frente a la Guerra ruso-ucraniana, la crisis energética y la exigencia de neutralidad.
En febrero del 2022 tras el inicio de la guerra Rusia-Ucrania la Unión Europea se posicionó como gran aliado a nivel ideológico, militar y humanitario implementando sanciones económicas a Rusia y condenando las agresiones militares que ejecutó contra el territorio ucraniano.
Como presidente de turno de la Unión, el gobierno de República Checa ha recibido, aproximadamente, a 400 mil refugiados ucranianos brindándoles visados rápidos y puestos de trabajo, a la vez que cerró sus puertas a los ciudadanos rusos. “Para Ucrania lo mejor y para nosotros dos suéteres” resume el descontento que trajo esta política aliada del gobierno de Petr Fiala en la sociedad checa y que desencadenó las protestas masivas en Praga exigiendo neutralidad. Las demandas surgen de la crisis energética frente al invierno inminente y la idea de obtener precios baratos del gas ruso, así como el reclamo por hacerse a un lado de la ONU, la OMS (Organización Mundial de la Salud) y dar fin a la sumisión política a la Unión Europea.
Sin embargo, las protestas de parte de la sociedad checa no influyeron en las intenciones del gobierno quien ha declarado que las manifestaciones fueron impulsadas por prorrusos extremistas y, acto seguido, ha sido anfitrión, testigo y participe, en un castillo en Praga, de la primera cumbre de la Comunidad Política Europea (CPE).
La idea impulsada por Macron en mayo del 2022 ha tomado forma finalmente con la participación de 44 países europeos entre los cuales se encuentran los 27 miembros de la Unión Europea y otras 17 naciones, dejando excluidas a Rusia y Bielorrusia. Se trata de una plataforma de diálogo, cooperación y alineamiento diplomático continental que permitirá, en palabras del presidente francés, “a las naciones europeas democráticas que se adhieran a nuestro conjunto de valores encontrar un nuevo espacio de cooperación política y seguridad” (mayo 2022). Los 44 líderes han condenado la invasión y anexión de territorios ucranianos por parte de Rusia y expuesto su apoyo a Ucrania en la guerra, de manera militar, política y económica. Así mismo, entre los temas que se discutieron se hallan la crisis energética y climática, la paz, seguridad y la inmigración.
Pese a ser una Comunidad que recién ha dado sus primeros pasos y que se enfrenta a numerosas críticas e interrogantes, la realización de una primera cumbre resulta de un valor simbólico fundamental. El mensaje de una Europa unida frente a los desafíos del porvenir a través de la cooperación entre líderes de los países más diversos, incluso algunos de ellos en conflicto, llega a parte del mundo como una bocanada de esperanza y se espera sea un pie firme a las aspiraciones belicistas y expansionistas del Vladimir Putin.