Migración ilegal en EE.UU.: Un debate sin fin
Estados Unidos no logra controlar el flujo migratorio y gobernadores republicanos utilizan a los inmigrantes para su juego político.
Estados Unidos batió el récord de migrantes ilegales en el país y resurgió un fuerte debate entre los Demócratas y Republicanos que podrá impactar en los resultados de las elecciones de medio término.
Cada vez son más los inmigrantes latinos bajo regímenes autoritarios que buscan abandonar sus raíces para asentarse en Estados Unidos. La Agencia de Aduanas y Protección Fronteriza señaló en un informe que los migrantes que ingresan a través de la frontera con México ya superaron los 2 millones. Solo en el mes de agosto se registraron más de 200 mil personas detenidas.
Venezuela, Cuba y Nicaragua encabezan la lista de los países con mayor número de migrantes a Norteamérica. Se forman grupos de entre 20 a 50 personas e intentan ingresar a EE.UU. a través del mar bravo en pequeños botes. Actualmente, la Guardia Costera estadounidense activó un despliegue de emergencia para rescatar una balsa de 23 migrantes cubanos que fue hundido por el huracán Ian.
Biden decidió continuar con una de las medidas migratorias de la gestión de Trump. Con la llegada del COVID-19, el expresidente republicano implementó Título 42 que consiste en que las autoridades fronterizas tienen el poder de rechazar a los migrantes. El presidente demócrata intentó erradicar esta medida y fue rechazada por mayoría, por lo que en la actualidad esta regla sigue vigente con limitaciones respecto a algunas naciones.
De cara a las elecciones legislativas de noviembre, recrudeció el debate entre los Demócratas y Republicanos sobre el flujo migratorio. Esta discusión podría ser la razón por la que el oficialismo pierda su mayoría en el parlamento. Como estrategia dentro del juego político, gobernadores de la oposición utilizaron a migrantes para demostrar su disconformidad con el accionar de Biden.
Hace dos semanas, dos gobernadores republicanos organizaron un reclutamiento y desplazamiento de 150 migrantes para dejarlos a la deriva en Estados demócratas. Se trata de Ron De Santis, gobernador de Florida, quién los envió a través de engaños hacia la isla Martha´s Vineyard, y Greg Abbott, gobernador de Texas, que desplazó en autobuses a 100 migrantes hasta la casa de la vicepresidenta, Kamala Harris.
En respuesta a las acciones de la oposición, desde la Casa Blanca, el presidente expresó que “no es racional” deportar a los migrantes a sus países con regímenes autoritarios y que está “trabajando con México y otras naciones para reducir el flujo migratorio”. Estados Unidos se deberá afrontar nuevamente a este debate y definir cuál es la postura a nivel poblacional respecto a la problemática.
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